Una creencia es una idea que consideramos verdadera y a la que se da completo crédito y se considera como cierta. En consecuencia, nuestras decisiones, comportamientos y resultados estarán restringidas al alcance de dichas creencias.
Las creencias básicas las aprendimos cuando eramos niños entre los 0 y 6 años años de edad aproximadamente.
Todo lo que vivimos, experimentamos y observamos en ese período: la educación, la relación padre-hijo en la primera infancia, los medios de comunicación, los amigos y figuras, cercanas o no con influencia, a las cuales hemos creído; prácticamente todo lo que nos han dicho o enseñado van conformando nuestro sistema de creencias. En rigor, esto implicó que en nuestro cerebro se fueron conectando una infinidad de redes neuronales, labrando de este modo rutas que a su vez fueron constituyendo patrones de decisión, hábitos de comportamiento que hacen que el cerebro se vuelva más efectivo y eficiente, con el consiguiente beneficio de reducción en su consumo energético.
AUTOMATISMO DE LAS DECISIONES
Nuestro cerebro trabaja para un objetivo central: tomar las mejores decisiones que permitan asegurar nuestra supervivencia. Esto hará que nos alejemos de situaciones que "ha aprendido" que son riesgosas y nos movilizará ante situaciones que "ha aprendido" que traen beneficios o recompensas.
De este modo, nuestro cerebro construye una serie de patrones de decisiones para actuar ante la detección de determinados estímulos y que van quedando guardados y grabados como pilotos automáticos en nuestra mente metaconsciente.
Si bien es cierto que el proceso de formación y/o acomodo de creencias nunca desaparece, el hecho de quedar insertos en el plano metaconsciente dificulta que, la mayoría de las veces, no tengamos consciencia de nuestro paquete de creencias.
Todo esto obstaculiza el proceso de darse cuenta, así como también el proceso de transformación.
TIPOS DE CREENCIAS
En forma simple podemos indicar dos tipos de creencias:
Creencias limitantes: Aquellas que limitan y paralizan
Creencias potenciadoras: Aquellas que facilitan y empujan el crecimiento y efectividad.
¿CUÁNDO SON LIMITANTES LAS CREENCIAS?
Las creencias serán obstáculos cuando nos aten al pasado o nos condenen a vivir en la ansiedad de un futuro amenazante.
Por ejemplo, si de niños tuvimos una mala experiencia al momento de contar un chiste o recitar una poesía, causando risas o burlas de los demás, existirá una alta probabilidad que nuestro cerebro grabe esa experiencia de hablar frente a otros como una situación que pone en riesgo nuestra supervivencia, de modo tal que de adultos evitemos enfrentar una experiencia similar o si lo hacemos los resultados no serán de los mejores. pues en la amígdala cerebral ese tipo de situaciones quedaron asociadas a una experiencia negativa.
En consecuencia, las creencias limitantes son aprendizajes realizados por nuestros cerebros que nos aseguran sobrevivir minimizando riesgos y alejándonos del dolor, sin embargo nos impiden crecer como personas y nuestras acciones y emociones estarán atadas a fantasías, pensamientos, historias y emociones ancladas en el recuerdo o en la imaginación producto de la distorsión de la realidad.
¿Y CUALES SON TUS CREENCIAS?
Te DESAFÍO a contestar tres preguntas para que detectes el tipo de creencias que has acumulado a lo largo de tus experiencias de vida
Aunque te cueste aceptarlo, tu cerebro ha reconocido la existencia de recompensas para que realices o sostengas determinados comportamientos, aunque estos no sean los que tú quisieras.
¿Y CUALES SON TUS CREENCIAS?
Te DESAFÍO a contestar tres preguntas para que detectes el tipo de creencias que has acumulado a lo largo de tus experiencias de vida
- ¿Cómo crees que eres? (por ejemplo Soy amable, soy rencoroso(a), etc.)
- ¿Qué cosas crees que son posibles o imposibles en tu mundo? (por ejemplo: no creo que pueda dejar de fumar, creo que puedo aprender a tocar guitarra, no creo que pueda ahorrar cantidades importantes de dinero, etc.)
- ¿Cómo te ves en relación a otras personas? (por ejemplo: Tengo mala relación con mis padres, tengo pocos amigos, me llevo mal con personas falsas, etc.)
Aunque te cueste aceptarlo, tu cerebro ha reconocido la existencia de recompensas para que realices o sostengas determinados comportamientos, aunque estos no sean los que tú quisieras.
Recuerda que nuestros cerebros, no pocas veces deciden acciones que no necesariamente son las que te gustaría tomar para estar mejor en tu vida. Y este tipo de decisiones automatizadas están sostenidas en creencias limitantes.
¿Deseas ampliar tu campo de acción y mejorar lo que estás logrando en tu vida?
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